martes, 2 de septiembre de 2014

CARTA DESDE EL CIELO


No estés triste pensando en mi. Este es un lugar realmente maravilloso y yo me encuentro feliz y totalmente en paz... no me duele nada. Te escribo para que quites la tristeza de tu corazón y la oscuridad de tus pensamientos.

Hay miles de ángeles aquí y son extraordinarios. Me encanta verlos volar y... sabes? Jesús no se parece a ninguna de las fotos que pintan de Él. Aún así, tan pronto lo vi lo reconocí enseguida, sabía que era Él.

Jesús me llevó con Dios y Él habló conmigo como si yo fuese importante... Ahí fue cuando le dije que yo quería escribirte una carta para despedirme de ti y decirte como me siento ahora...
Dios me dio el papel y su pluma personal para que yo te escribiera esta carta y un ángel hizo que te llegara.

Es difícil explicarte como me siento, pero lo que puedo decirte es que, se siente bien estar acá. El sol brilla increíblemente y las nubes reflejan su luz provocando rayos hermosos por todos lados. Aquí hay mucha gente como yo. También está la gente que hace mucho tiempo se me adelantó.

Dios me dijo que te contestara una de las preguntas que le hiciste: "Que donde estaba Él cuando yo lo necesitaba".
Dios me dijo que estaba en el mismo lugar... conmigo, como siempre!
Él nunca me ha dejado, ni antes, ni ahora y eso me regocija el alma. Hoy puedo estar con Él por siempre y a cada instante!  

Cada vez que me necesites solo tienes que cerrar los ojos y sentir mi vibración, estoy junto a ti, te escucho... platícame en el silencio de tu alma. Mira el cielo y ahí en un lugarcito estoy feliz, con mi sonrisa... esa que tanto te gusta. Pero no estés triste por favor... ¡YO ESTOY MUY BIEN!

Tengo que devolverle la pluma a Dios, así que me voy despidiendo...
Celebra que puedes verme en cada acto de amor... Soy solo eso, sencillamente amor.

Que tus lágrimas no te impidan ver las estrellas y cerrar tu alma. No te dejes apagar, por favor... cuanto más te ríes más brillo... cuanto más sufres, más te abrazo yo.

Se que me extrañas, pero no pienses en cuando me fui, piensa en mi cuando estuve y en todo lo bello que pasamos, en todos esos sencillos momentos que nunca vamos a olvidar.

Hoy te digo adiós y no me busques en todos lados, no es necesario porque estoy ahí... en tu alma, cerquita de tu corazón velando y orando por ti... ¡SIEMPRE!

¡¡TE AMO!!