Un beso cálido en el abrazo de dos corazones puede decir mucho más que las palabras.
Una mirada de amor puede desvelar los más profundos sentimientos. Te desnuda frente al poder del deseo y te acerca al desván de los sueños.
Una caricia con brisa de la tarde evapora la agonía de la distancia entre dos almas y las eleva a la suavidad de un amor eterno, colmado de pasión, locura y sinrazón.
Esa complicidad que se abraza en los cuerpos de unos seres, que pelean por sentir el latir de un mismo corazón envuelto en la frescura de un nuevo encuentro, en ese palpitar de un remolino de esencias que se mezclan entre si.
Es, la necesidad de un deseo de amor...
NIKA