jueves, 30 de abril de 2020

SUPERSTICIONES, LLAMANDO A LA BUENA SUERTE

El número 13, el de la mala suerte

¿Qué tiene el número 13 que espanta a tanta gente?… Los franceses no dan a las señas de una casa el número trece; en Italia, la lotería nacional lo omite; las líneas aéreas internacionales saltan ese número en las filas de asientos de los aviones, y en los EE.UU., los edificios de apartamentos dan al piso que sigue al 12 el número 14.

Pero veamos su origen en la mitología nórdica. Cuenta el mito que se realizó un banquete en el Valhalla donde fueron invitados doce dioses. Loki, el espíritu de la pelea y del mal, consiguió entrar sin invitación, por lo que el número de los presentes llegó a trece. En la lucha que se produjo para expulsarlo, Balder, el favorito de los dioses, encontró la muerte. Así el trece se convirtió es símbolo de infortunio y desgracia, y desde Escandinavia, la superstición se difundió a través de Europa.

Para la Era Cristiana, la superstición ya estaba establecida en los países mediterráneos, y la creencia fue notablemente reforzada por la Última Cena. Cristo y sus apóstoles eran trece, y en menos de veinticuatro horas después de esta cena, Cristo fue crucificado. Por lo tanto, desde principios de la era cristiana en adelante, invitar a cenar a trece personas significa buscar un desastre.

Sí el 13 cae en día viernes el temor aumenta. Según la leyenda, en un viernes 13 Eva tentó a Adán con la manzana, el Arca de Noé inició su larga navegación durante el Diluvio, una confusión de idiomas puso fin a la construcción de la torre de Babel, el Templo de Salomón fue arrasado, y también en este día Cristo murió en la cruz.

Sin embargo, el verdadero origen del viernes 13 proviene de la mitología escandinava. El nombre del viernes (Friday en inglés y Freitag en alemán) procede de Frigga, la liberal diosa del amor y la fertilidad. Cuando las tribus escandinavas y germánicas se convirtieron al cristianismo, Frigga fue considerada una bruja y desterrada a la cumbre de una montaña. Se creía que cada viernes la rencorosa diosa celebraba un aquelarre con otras 11 brujas más el demonio (13 los asistentes en total) y conspiraban para causar infortunios durante la semana siguiente, por lo que el viernes pasó a llamarse el “Sabbath de las brujas”.

En algunos países, se originó el dicho “no te cases ni te embarques, ni de tu casa te apartes” un martes 13. Se desconoce su verdadero origen, pero podemos recordar que el nombre del día procede de Marte, el dios romano de la guerra.

Espejo roto, siete años de mala suerte

Una de las supersticiones más extendidas es la de un espejo roto, el cual trae siete años de mala suerte. Sin embargo, esta creencia tiene su origen mucho antes de que existieran los espejos de vidrio. De hecho, los antiguos egipcios, los hebreos y los griegos, utilizaban espejos hechos de metales como el bronce, el latón, la plata y el oro pulimentados, y por lo tanto, irrompibles.

En el siglo VI a.C., los griegos practicaban la catoptromancia, un método de adivinación basada en los espejos en la que utilizaban cuencos de cristal o de cerámica llenos de agua. Estos se suponían que revelaba el futuro de cualquier persona que reflejara su imagen en la superficie de agua. Estas imágenes eran leídas por un vidente, pero si uno de estos espejos se caía y se rompía, se interpretaba que la persona que sostenía el cuenco no tenía futuro (o sea, que la muerte acechaba) o que su futuro le reservaba acontecimientos catastróficos y que los dioses querían evitar a esa persona una visión capaz de trastornarla profundamente.

Los romanos adoptaron esta superstición en el siglo I y le añadieron un nuevo significado que es a su vez nuestro significado actual. Sostenían que la salud de una persona cambiaba en ciclos de siete años, y puesto que los espejos reflejaban la apariencia de una persona y su salud, un espejo roto anunciaba siete años de mala salud e infortunios.

La superstición adquirió una aplicación práctica y económica en el siglo XV. Los primeros espejos de cristal con el dorso revestido de plata, desde luego rompibles, se fabricaban en Venecia. Al ser muy costosos, se trataban con mucho cuidado, y a los sirvientes que limpiaban los espejos de las casas se les advertía que romper uno de estos equivalía a siete años de un destino peor que la muerte.

Este uso efectivo de la superstición sirvió para intensificar la creencia en la mala suerte acarreada por la ruptura de un espejo, a lo largo de generaciones de europeos. Cuando, a mediados del siglo XVII, empezaron a fabricarse en Inglaterra y en Francia espejos baratos, la superstición del espejo roto estaba ya extendida y firmemente arraigada en la tradición.

¡Salud! para los que estornudan

Cuando una persona estornuda, tenemos la costumbre de decir “¡Salud!”. Esta práctica proviene de los primeros cristianos, quienes creían que cuando alguien estornudaba podría llegar a lanzar su alma al mundo. Por esto se pensaba que para ayudar a mantener el alma se ofrecía una bendición, por lo que se afirmaba que “Dios le bendiga”. Cuando llegó la plaga de la Peste Negra alrededor de 1348, el estornudo se convirtió en un signo de enfermedad e infección, por lo que la persona podría llegar a morir, y se reemplazo la anterior bendición por un pedido de salud.

Publicado por: ANABELLA SQUIRIPA EN SUPERSTICIONES.

martes, 28 de abril de 2020

LA VIDA


Qué bonita palabra la “vida”, si, lo es… pero mucho más bonita es sentirla, en todos sus aspectos fundamentales. Hay tantas cosas que dan vida, que pararte en una de ellas no tendría sentido. La vida es salud, es tener un recién nacido en tus brazos, es disfrutar de la naturaleza, de tu trabajo y del amor a esas personas de tu día a día. Es mirarte al espejo y poder ver ese brillo en tus ojos que solo tú posees. Por eso corre, salta, baila y deja que el viento te despeine… que acaricie tus sentidos, que te cuente cosas al oído… escúchale, está ahí, contigo, revelándote mil y un secretos para conseguir la felicidad. Vive y deja vivir… ese es el lema del respeto, de la comprensión, de la empatía… de la sabiduría. Por eso mira de frente y hacia delante… despéinate siempre que puedas, pues esto te dará libertad…. LIBERTAD DE VIDA.

Ana Mavi M.F.

domingo, 26 de abril de 2020

LOS SIETE PECADOS CAPITALES


Los reconocidos o tradicionales “siete pecados capitales”, la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y la soberbia, son un conjunto de vicios opuestos a la enseñanza moral que el Catolicismo y el Cristianismo transmiten. Cada uno de ellos fue recopilado y clasificado por San Gregorio Magno (540 – 604 d.C.), también conocido como Gregorio I, el sexagésimo cuarto Papa de la Iglesia Católica.

Posteriormente, el poeta italiano, Dante Alighieri, los integro en la redacción de «La Divina Comedia» (c.1308-1321), un poema teológico considerado hoy en día una obra maestra de la literatura italiana y mundial. También otros artistas europeos tuvieron su parte en la promulgación de estos pecados capitales, gracias a la idea de utilizarlos como fuentes de inspiración en sus grandes obras.

Mas allá de todo esto, la comunidad religiosa ha debatido durante años el verdadero contenido de los mismos llegándose, en muchos casos, a diferentes interpretaciones con sus respectivos castigos.

¿Cuáles son los 7 pecados capitales y sus castigos?
El primero en encabezar la lista, la lujuria, ha sido definido como aquel pecado que incluye pensamientos o deseos obsesivos o excesivos de naturaleza sexual o en palabras de Dante, “el amor excesivo por los demás”.  El castigo correspondiente a la lujuria incluye el ser asfixiado en fuego y azufre.

La gula, el segundo vicio, ha sido interpretada como el consumo excesivo de comida y bebida aunque antiguamente se utilizaba para señalar toda clase de exceso. Aquellos que cometieran este pecado serian forzados a comer ratas, sapos, lagartijas y serpientes vivas.

La avaricia ha sido considerada como un pecado muy similar a la lujuria o a la gula  pero aplicada a la adquisición de riquezas en particular. Su castigo, el ser colocado en aceite hirviendo.

La pereza, ha sido catalogada como la “tristeza de ánimo” que nos aparta de las obligaciones espirituales o divinas. La misma nos llevaría a una fosa con serpientes.

La ira ha sido descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo. El resultado de este acto seria el desmembramiento.

La envidia, el sexto pecado capital, se relaciona con la avaricia, sin embargo, la envidia desea algo que alguien más tiene, y que percibe que hace falta. Este pecado se castiga sumergiendo al acusado en agua helada.

Por ultimo, la soberbia o el orgullo, el deseo por ser más importante o atractivo que los demás, es considerado el mas grave de los pecados capitales y fuente de los mismos. El mismo era penalizado con el cruel método de tortura conocido como “La rueda”.

Hoy en día, la iglesia emitió un nuevo listado de pecados capitales: acordes al mundo globalizado en el que vivimos.


· No contaminarás el medio ambiente.
· No provocarás injusticia social.
· No causarás pobreza.
· No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común.
· Y no consumirás drogas.

Publicado por: JEREMÍAS RODRIGUEZ EN "SOBRE LEYENDAS".

jueves, 23 de abril de 2020

EL MISTERIO DE LA FUGA DE ALCATRAZ


Alcatraz, conocida como la Roca, antigua prisión federal de los EEUU de máxima seguridad desde donde, se decía, era imposible escapar con vida por estar construida en una pequeña isla en medio de la bahía de San Francisco y por las fuertes corriente de las frías aguas que la protegen.

Fortaleza defensiva desde el año 1853, en 1861 se pensó en ella como el lugar ideal para mantener cautivos a los prisioneros de guerra. El tiempo no hizo sino afianzar su fama como centro de aislamiento y durante los años 20 del siglo posterior se ampliaron sus instalaciones, se cerraron antiguos túneles cavados en tiempos de guerra, se construyeron edificios especiales para los criminales más peligrosos y nuevas y más avanzadas torres de vigilancia.
Aun así, durante los años que estuvo en uso se produjeron 14 intentos de fuga. El más sangriento de todos, ocurrido en 1946 y conocido como «la batalla de Alcatraz«, se saldó con víctimas mortales tanto entre los presos como entre los funcionarios encargados de vigilarlos.

Pero sin duda el suceso más controvertido de la historia de Alcatraz, el que aún hoy sigue dando de que hablar, tuvo lugar el 11 de junio de 1962 cuando tres presos pusieron en jaque a todas las autoridades y se convirtieron, por derecho propio, en leyenda. Sus nombres: Frank Lee Morris, John Anglin y Clarence Anglin. Excavando un túnel con una simple cuchara, un traficante de drogas y dos hermanos ladrones de banco desaparecieron sin dejar más rastro que algunas prendas de ropa y otras pertenencias tras de sí.

Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin

Su fuga fue premeditada. La planificación duró más de un año. Un cuarto preso, Allen West, también preparaba su huida. Mientras iban excavando cada uno su túnel a través de los huecos para la ventilación de su celda, fueron robando materiales para fabricar cabezas humanas de papel maché que engañaran a los guardias llegado el momento haciéndoles creer que seguían durmiendo en sus camastros. Sólo Allen West no pudo escapar. Por lo visto su túnel no llegó a alcanzar el ancho suficiente.
Un tiempo después, ya concluidas las investigaciones, la versión oficial estableció la teoría de que los tres fugitivos se habían ahogado en el intento de fuga y fueron declarados muertos. Las fuertes corrientes de la bahía y las bajas temperaturas del agua en el momento de los hechos, y ante la inexistencia de otros indicios, confirmaban esta versión como la más probable. Además, el hallazgo de unos huesos al cabo de un tiempo parecía confirmar también la hipótesis oficial.

Por su parte, la familia de los hermanos Anglin parecían saber algo que los demás desconocían. Alfred Anglin, el tercero de los hermanos encarcelado por atraco en una carcel diferente, aseguró meses después a su familia que habían contactado con él. A principios del año siguiente, y a pesar de estar a punto de salir en libertad condicional, Alfred intentó escapar, pero no lo consiguió y fue electrocutado. La familia siempre sospechó que fue golpeado en un duro interrogatorio sobre el paradero de sus dos hermanos antes de su ejecución. Tras un largo proceso judicial se consiguió la exhumación del cadáver pero, según los expertos, no se encontraron rastros de golpes o torturas.

Pero hace tan solo un par de años saltó la noticia. Dos sobrinos de John y Clarence Anglin afirmaban tener pruebas de que aún estaban vivos e incluso habían conseguido rehacer sus vidas. Para afirmarlo se basaban en una fotografía en la que, aseguraban, salían sus tíos trece años después de haberse escapado. Dicha fotografía, entregada en 1992 aunque tomada en 1975 en algún lugar de Brasil, fue tomada por un viejo amigo de la familia que se encontró con ellos. No pretendían entrar en contacto, tan solo que su familia supieran que estaban vivos.

Quizás por ello, y según asegura también la familia, cada año reciben postales de Navidad con las firmas de John y Clarence Anglin. Al parecer, y según contaron a su amigo, habían conseguido atar un cable eléctrico al ferry de pasajeros que abandonaba la isla esa noche y así ser remolcados, en la oscuridad, hasta la otra orilla.

Con la exhumación de Alfred Anglin se consiguieron también muestras de ADN que, comparadas con la de los huesos hallados durante la primera investigación, demostraron que no pertenecían a ningún familiar suyo.
De Frank Lee Morris nada más se supo. Probablemente decidió recorrer solo su camino y no volver jamás la vista atrás. O quien sabe…
Alcatraz fue cerrada definitivamente el 21 de marzo de 1963 debido a los enormes gastos que suponía mantenerla. Hoy en día está abierta al público y puede ser visitada en plan tour turístico, incluyendo una recreación de la elaborada planificación de los que aún hoy son los protagonistas del gran misterio de la cárcel de Alcatraz.

Publicado en: Misterios sin resolver

TOCAR MADERA COMO MEDIDA DE PROTECCIÓN


Una de las supersticiones más conocidas es la de «tocar madera«, utilizada tanto por aquéllos que quieren protegerse de un posible daño como para los que formulan un deseo y quieren que éste se cumpla. Los orígenes de esta superstición son tan antiguos como misteriosos, y aunque muchos lo interpretan como una metáfora de tocar la Santa Cruz (por estar hecha de madera), lo cierto es que aproximadamente dos milenios antes ya se consideraba a los árboles (especialmente a los robles) como recipientes espirituales y canalizadores de poderosas fuerzas místicas.
Los robles han sido considerados como un árbol sagrado por muchas culturas de la antigüedad, y existía la creencia de que en las vetas de su madera moraba el Genio del fuego y la vitalidad, un ser que concedía el éxito a sus devotos. Otra posible causa de tal adoración por el roble es la frecuencia con que estos árboles son alcanzados por los rayos durante las tormentas, algo que hizo pensar a los antiguos que podían canalizar las fuerzas y energías naturales. Posiblemente una conjunción de esta idea junto con la de la Santa Cruz hayan terminado por generar esta costumbre de tocar madera.
Curiosamente y aunque mucha gente no lo sepa esta superstición incluye una condición y es que la madera que toquemos no puede tener patas, por lo que no nos valen mesas ni sillas, la madera debe tener su base en la misma tierra (o bajo ella, como los árboles). También hay quienes aseguran que escuchar el crujido de la madera es presagio de un infortunio, y también que encontrarse durante la mañana con una persona que lleve una pata de palo nos traerá suerte, siempre y cuando no le sigamos con la mirada ya que esto nos traerá la desgracia. Muchas personas, cuando presumen de tener una racha de suerte y para no perderla, recurren a tocar madera con la esperanza de retener dicha racha.
Publicado en: Supersticiones

EXTRAÑO TANTO...



El canto de un pájaro, su revoloteo en torno a mi, el aleteo de una mariposa y el suave murmullo de los arboles un día de primavera.

El cielo azul, que se pierde en el horizonte y se acaricia con la tierra, como unos suaves labios cuando se estremecen en un beso.

El palpitar de mi corazón al divisar esa mezcla de colores vivos de una naturaleza, que no entiende de maldad ni de rencor.

Es volar al pisar la arena, que tapa sus entrañas dando vida a nuevas almas.

El acompasar de nuevos acordes al escuchar el agua a mi paso, su calma y a la misma vez su bravura, es como, un afluente de vida, de amor, de ilusión… de compasión.

Es el verde, es el azul, el amarillo y ese naranja del atardecer que llevo en mi corazón… es, esa explosión de color que brindas y me llena de emoción.

Hasta pronto, espérame, por favor.

Ana Mavi M.F.