Tanto se puede creer en el amor como se
puede dudar. Si se practica el segundo se vive una vida donde se edifican
paredes de protección con el propósito de no ser dañado.
Pero con el tiempo y el aislamiento se da
uno cuenta que esos muros que fueron puestos ahí como protección se han
convertido en nuestra prisión. Y es precisamente el momento cuando la persona
hace una decisión de quedarse ahí y morir o iniciar el camino de la liberación.
Por eso cuando me decían “El día que un
hombre te haga temblar sabrás lo que es el amor”, estas fueron palabras que
muchas veces me habían dicho y que con cinismo las había rechazado. Porque mal
entendía esa idea por eso desperdicié tantas oportunidades de ser amada. O
quizás no quería poner tanta responsabilidad en un ser humano.
Y ahora esa frase redundaba en mi mente
mientras mi cuerpo incontrolablemente se sacudía. De tanta fuerza que no me
podía parar y sentía que todo me daba vuelta y pensaba desmayar. Momentos tan
venerables donde sentí completamente desnuda mi alma la que con celo siempre he
cuidado.
“Alma mía te he traicionado perdóname te
lo suplico”.
“No te puedo prometer que jamás volverá a
suceder porque es una promesa que no puedo cumplir.”
En este momento quiero olvidar todo de
él. Decirme a mi misma que nada sucedió. Un sueño nada más entre los muchos que
me inquietan en las noches. Esos ojos, con los que me miraba tiernamente no eran
extraños para mí, experiencia que desde mi niñez han estado presente en mis
visiones nocturnas. Así que lo siento… esta aquí y es real no lo puedo negar.
¿Como se atreve y quien le dio permiso de
entrar a mi vida? Si bien me da la gana lo puedo sacar que no se confíe tanto.
¡Pero no puedo! mi deseo de él me vence mas que mi razonamiento. Y ahora tengo
que callar este sentimiento que me enferma. Todo sucedió tan rápido que al
terminar el día no podía creer lo que había hecho y mucho menos lo que había
sucedido.
¿Se puede sentir tanto por una persona en
tan corto tiempo? Siento que lo conozco mucho mas que las horas que pasamos
juntos. Ese tiempo que muy bien podría haber sido días, meses, décadas, un
tiempo que se detuvo solo para los dos… que se yo? Ahora ya no se nada
absolutamente, nada mas que necesito de él.
Y me alegra que haya sido así porque de
otra manera mi sentido de rectitud me hubiera vencido. Me arrepiento? no
definitivamente no. Se apareció en mi vida y lo disfrutaré a lo máximo. Lo
acepto como es y quien es de ahí no me importa nada. Para mí será lo que yo misma
experimenté un domingo por la tarde; un hombre con ojos tiernos, manos suaves y
que con un toque mágico que tocó mi alma... y me hizo temblar.
hola rincón, me parece un poco fuerte este escrito, parece como si pudiera ser cierto y vivido, es como si el autor o autora, aún continuara viviendo en otro mundo, es estremecedor, muy dulce y muy fuerte al mismo tiempo, pero me encanta ese escrito, es como si llevara fuego en el alma.
ResponderEliminarte felicito por regalos como este.
Es la verdad Ante... la pura verdad.
EliminarMuchas gracias por estar ahí.
Yo no lo hubiera dicho mejor! No todas podemos sentir la magnitud del deseo por un hombre, solo unas pocas, el cual nos hace temblar. Un precioso texto!
ResponderEliminarGracias por este magnifico blog que sigo tan atentamente. Gracias "Un Rincon del Alma"
Tienes razón Bea, tus palabras son muy ciertas... así es.
EliminarGracias a ti por seguirme... Gracias Bea.