jueves, 23 de abril de 2020

EL MISTERIO DE LA FUGA DE ALCATRAZ


Alcatraz, conocida como la Roca, antigua prisión federal de los EEUU de máxima seguridad desde donde, se decía, era imposible escapar con vida por estar construida en una pequeña isla en medio de la bahía de San Francisco y por las fuertes corriente de las frías aguas que la protegen.

Fortaleza defensiva desde el año 1853, en 1861 se pensó en ella como el lugar ideal para mantener cautivos a los prisioneros de guerra. El tiempo no hizo sino afianzar su fama como centro de aislamiento y durante los años 20 del siglo posterior se ampliaron sus instalaciones, se cerraron antiguos túneles cavados en tiempos de guerra, se construyeron edificios especiales para los criminales más peligrosos y nuevas y más avanzadas torres de vigilancia.
Aun así, durante los años que estuvo en uso se produjeron 14 intentos de fuga. El más sangriento de todos, ocurrido en 1946 y conocido como «la batalla de Alcatraz«, se saldó con víctimas mortales tanto entre los presos como entre los funcionarios encargados de vigilarlos.

Pero sin duda el suceso más controvertido de la historia de Alcatraz, el que aún hoy sigue dando de que hablar, tuvo lugar el 11 de junio de 1962 cuando tres presos pusieron en jaque a todas las autoridades y se convirtieron, por derecho propio, en leyenda. Sus nombres: Frank Lee Morris, John Anglin y Clarence Anglin. Excavando un túnel con una simple cuchara, un traficante de drogas y dos hermanos ladrones de banco desaparecieron sin dejar más rastro que algunas prendas de ropa y otras pertenencias tras de sí.

Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin

Su fuga fue premeditada. La planificación duró más de un año. Un cuarto preso, Allen West, también preparaba su huida. Mientras iban excavando cada uno su túnel a través de los huecos para la ventilación de su celda, fueron robando materiales para fabricar cabezas humanas de papel maché que engañaran a los guardias llegado el momento haciéndoles creer que seguían durmiendo en sus camastros. Sólo Allen West no pudo escapar. Por lo visto su túnel no llegó a alcanzar el ancho suficiente.
Un tiempo después, ya concluidas las investigaciones, la versión oficial estableció la teoría de que los tres fugitivos se habían ahogado en el intento de fuga y fueron declarados muertos. Las fuertes corrientes de la bahía y las bajas temperaturas del agua en el momento de los hechos, y ante la inexistencia de otros indicios, confirmaban esta versión como la más probable. Además, el hallazgo de unos huesos al cabo de un tiempo parecía confirmar también la hipótesis oficial.

Por su parte, la familia de los hermanos Anglin parecían saber algo que los demás desconocían. Alfred Anglin, el tercero de los hermanos encarcelado por atraco en una carcel diferente, aseguró meses después a su familia que habían contactado con él. A principios del año siguiente, y a pesar de estar a punto de salir en libertad condicional, Alfred intentó escapar, pero no lo consiguió y fue electrocutado. La familia siempre sospechó que fue golpeado en un duro interrogatorio sobre el paradero de sus dos hermanos antes de su ejecución. Tras un largo proceso judicial se consiguió la exhumación del cadáver pero, según los expertos, no se encontraron rastros de golpes o torturas.

Pero hace tan solo un par de años saltó la noticia. Dos sobrinos de John y Clarence Anglin afirmaban tener pruebas de que aún estaban vivos e incluso habían conseguido rehacer sus vidas. Para afirmarlo se basaban en una fotografía en la que, aseguraban, salían sus tíos trece años después de haberse escapado. Dicha fotografía, entregada en 1992 aunque tomada en 1975 en algún lugar de Brasil, fue tomada por un viejo amigo de la familia que se encontró con ellos. No pretendían entrar en contacto, tan solo que su familia supieran que estaban vivos.

Quizás por ello, y según asegura también la familia, cada año reciben postales de Navidad con las firmas de John y Clarence Anglin. Al parecer, y según contaron a su amigo, habían conseguido atar un cable eléctrico al ferry de pasajeros que abandonaba la isla esa noche y así ser remolcados, en la oscuridad, hasta la otra orilla.

Con la exhumación de Alfred Anglin se consiguieron también muestras de ADN que, comparadas con la de los huesos hallados durante la primera investigación, demostraron que no pertenecían a ningún familiar suyo.
De Frank Lee Morris nada más se supo. Probablemente decidió recorrer solo su camino y no volver jamás la vista atrás. O quien sabe…
Alcatraz fue cerrada definitivamente el 21 de marzo de 1963 debido a los enormes gastos que suponía mantenerla. Hoy en día está abierta al público y puede ser visitada en plan tour turístico, incluyendo una recreación de la elaborada planificación de los que aún hoy son los protagonistas del gran misterio de la cárcel de Alcatraz.

Publicado en: Misterios sin resolver

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