Victoria, una joven muy pobre iba a cumplir 15 años y decidió
festejarlo e invitar a sus compañeros del colegio. Para esto ahorro
dinero por mucho tiempo.
Al enterarse sus amigos de la fiesta, decidieron hacerle una broma.
Dentro del grupo estaba Pedro, el líder, era el que se divertía mofándose de todos. Les dijo que se encargaría personalmente de preparar el regalo.
Dentro del grupo estaba Pedro, el líder, era el que se divertía mofándose de todos. Les dijo que se encargaría personalmente de preparar el regalo.
Lleno una caja muy bonita con basura y desperdicios mal olientes, la
envolvió con papel dorado, le puso un gran moño y una tarjeta con
agradables palabras.
Llego la hora del brindis, le cantaron el Feliz Cumple y fue el
momento que Pedro en representación de todos le entrego el regalo.
Victoria, que estaba disfrutando la fiesta de una manera increíble,
abrió la caja con ilusión delante de los presentes, entonces se encontró
con la gran sorpresa. Pedro y sus compinches se rieron y se burlaron
haciendo comentarios desagradables y humillantes.
Sin desdibujarse la sonrisa de su cara, Victoria le pidió a Pedro que
la esperara un momento. Ella se retiro por unos minutos de la fiesta,
tiro la basura, limpio la caja, la lleno de flores y la envolvió con el
mismo papel. Al entrar al salón, todos se quedaron sorprendidos de su
actitud.
Fue al encuentro de Pedro, con mucho cariño y dulzura le dijo: -Este es mi regalo para ti.
Expectantes y en silencio los presentes, pensaron que la devolución de la broma iba a ser más pesada. Este con manos temblorosas, abrió la caja y para su sorpresa, le preguntó: -¿Qué significa esto?. A lo que ella le contesto:
«Cada uno da lo que tiene en su corazón»
Fue al encuentro de Pedro, con mucho cariño y dulzura le dijo: -Este es mi regalo para ti.
Expectantes y en silencio los presentes, pensaron que la devolución de la broma iba a ser más pesada. Este con manos temblorosas, abrió la caja y para su sorpresa, le preguntó: -¿Qué significa esto?. A lo que ella le contesto:
«Cada uno da lo que tiene en su corazón»
No te entristezcas con la actitud de algunas personas; no pierdas tu
serenidad. La ira perjudica la salud y el rencor envenena el corazón.
Domina tus emociones negativas. Sé dueño de ti mismo. No arrojes leña
al fuego de tu frustración. No pierdas la calma. Piensa antes de hablar
y no cedas a tus impulsos, por muchas razones que tengas.
«Alimentar el resentimiento, es como aquél que toma veneno y espera que muera otro».
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